lunes 29 de abril de 2024 - Edición Nº1972

Provincia | 12 abr 2024

Escaramuzas intestinas

La Cámpora no se resigna a perder casilleros en el juego de la oca del peronismo bonaerense

La orga se apoya en la frágil tregua de Maximo con Axel Kicillof para desactivar por el momento cuestionamientos internos a la conducción partidaria. Pretenden sumar músculo político para ampliar el poder territorial y jugarán la carta del apoyo crucial de Cristina Kirchner.


Por: Federico Cedarri

El peronismo bonaerense viene postergando desde hace ya tiempo un debate interno que vierta conclusiones específicas sobre los más de dos años de conducción de Máximo Kirchner al frente del principal órgano partidario.

Muchos alcaldes nucleados en la llamada Mesa de Ensenada con sintonía fina con el gobernador Axel Kicillof como el avellanedense, Jorge Ferraresi, cuestionan en tono cada vez más severo la posibilidad de que Kirchner continúe al frente del partido.

Si bien al líder de La Cámpora lo rayó la caída en desgracia de Martín Insaurralde, que era su principal socio político y quién lo entronizó en el máximo cargo pejotista proivncial, no se le escabulleron sus conchabos de poder.

Operó para colocar a Alejandro Dichiara al frente de la Cámara Baja provincial anticipándose a la jugada de Sergio Massa que aspiraba a colar a uno de los suyos y preservó la conducción del bloque justicialista, esta vez con su máximo operador político al frente, el matancero Facundo Tignanelli.

De hecho, Kirchner no se resigna a no continuar manejando los destinos del peronismo bonaerense, entienden en la orga que la tregua sellada con el gobernador Kicillof puede contribuir a diluir la batalla interna y permitir una confluencia en una lista de unidad que evite peleas innecesarias en el año de elecciones de medio término.

“Pese a lo que despotrica Ferraresi contra Maxi, La Cámpora seguirá siendo un factor de poder importante dentro del peronismo bonaerense”, destaca ante PDS un importante figura parlamentaria camporista.

El activo a favor de la preservación de poder de la agrupación otrora juvenil en el universo peronista radica en el apoyo que no les escamotea Cristina Kirchner.

Parece complejo que la ex presidenta deje tirada a La Cámpora cuando tantas veces sostuvo que allí se reclutaban los cuadros que generarían el trasvasamiento generacional necesario para oxigenar el peronismo.

El inconveniente que hoy despunta la orga es que ha sido muy poco considerable la acumulación de nuevos cuadros luego del fenomenal engorde que se cristalizó desde su creación en 2008 hasta la expiración del mandato de Cristina en diciembre de 2015.

Aquellos jóvenes idealistas que sumergían sus pies en el barro desenvolviendo tareas solidarias en los barrios, un revival del trabajo voluntario de los primeros años de la Cuba fidelista, se han transformado en legisladores nacionales y provinciales e intendentes, sin contar que muchos de ellos se desempeñaron como funcionarios en áreas estratégicas durante el gobierno de Alberto Fernández.

“Hoy La Cámpora parece vieja, Milei les comió la franja etaria que colonizaron los años posteriores al 2010, son todos cuarentones o cincuentones mientras que los pibes sub 30 están más cera del Presidente, perdieron encanto”, sostiene un analista político ante la consulta de este portal.

La orga perdió con la irrupción del libertario las cajas que manejaba en el Gobierno nacional, ANSES y el PAMI, lo cual configura una dificultad adicional a la hora de hacer política.

Por ahora Máximo Kirchner busca apoyarse en el sostén político que le brindan las 15 bancas que maneja en la Legislatura provincial y las 12 intendencias propias, tres de ellas en el populoso conurbano: Quilmes con Mayra Mendoza; Lanús con Julián Alvarez y Hurlingham con Damián Selci.

La Cámpora despliega un poder territorial importante y en esa tesitura es que no piensa replegarse: están resueltos a dar la batalla interna y aspiran a que Cristina Kirchner termine contribuyendo para generar una gran síntesis en el peronismo bonaerense que tenga como figuras preeminentes para garantizar el equilibrio del poder al gobernador Axel Kicillof y a Máximo Kirchner

Mantener la tregua con Kicillof y ganar tiempo

La jugada camporista pasa en este momento político por acumular fuerzas contra el ajuste mileísta y fortificar la frágil tregua con el mandatario bonaerense que desactiva por el momento cuestionamientos hacia la conducción pejotista.

Sabe Kirchner que el año que viene habrá fricciones con el Gobernador cuando llegue indefectiblemente la hora de la confección de las listas: Kicillof esta vez piensa sacar a relucir la chapa de presidencialista y buscará garantizarse una porción importante de legisladores propios en el Parlamento provincial.

“Trataremos de mantener de mínima lo que tenemos, la política es acumulacion”, desliza a PDS una fuente camporista.

Mientras tanto, la orga continuará preservando los puentes de contacto con Kicillof en la coordinación de la resistencia contra el ajuste de Javier Milei y posicionando dirigentes en los distritos bonaerenses con vistas a incrementar la cosecha de intendencias en el 2027, tomando en cuenta que muchos alcaldes históricos no podrán acceder a una nueva reelección.

Como se puede apreciar está lejos la orga de resignar casilleros de poder en el juego de la oca del peronismo bonaerense.

"Nosotros bancamos la posible candidatura presidencia de Axel pero manteniendo la identidad que nos trajo hasta acá”, aclaran cerca de Kirchner.

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